En 2020, la Unesco comenzó a desarrollar la declaración universal de la Inteligencia Artificial, a la cual se le sumaron grupos de expertos de las más avanzadas empresas en tecnología y desarrollo, como Google o Facebook. Esta ya se ha publicado (Informe de la Comisión de Ciencias Sociales y Humanas (SHS) – UNESCO Biblioteca Digital), junto a todas las normas que esto conlleva. La Unesco cuenta con una guía para afrontar los efectos que pueda tener la Inteligencia Artificial sobre los humanos y ecosistemas.
La conferencia de la Unesco fue celebrada este mismo miércoles y aceptada por 193 países poniendo sobre la mesa problemas y soluciones de tecnologías como la visión artificial o los ya conocidos sistemas de recomendación, que prácticamente todas las redes sociales utilizan.
El documento aprobado el día 24/11/2021 recoge normas que giran alrededor de tres pilares fundamentales para nuestra sociedad:
- Los derechos humanos
- El Estado de Derecho
- Lucha contra la discriminación
En términos legales, no se considera obligatorio seguirlo, pero su declaración conlleva que los proyectos y labores de investigación se desarrollen de la manera más ética posible. La Unesco pedirá un informe anual de cómo se ha tenido en cuenta esta nueva declaración en los respectivos trabajos y proyectos. Dicho informe será sujeto de pruebas y sometido al público transparentemente, promoviendo la divulgación y el debate sobre estos.
Estos sistemas autómatas, además de resolver grandes problemas de la ciencia y ayudar al desarrollo mundial, también pueden ser empleados para usos bélicos o poco éticos. Aunque el informe no tenga ningún apartado al respecto, la subdirectora general de la Unesco se ha pronunciado para decir que la decisión entre la vida y la muerte no debe ser tomada por un sistema de Inteligencia Artificial, sino por un humano. Esta recomendación no solo afecta a este ejemplo, sino también los sistemas de recomendación de redes sociales como Instagram o Facebook.
La decisión de empezar a controlar esta zona de investigación, a la que todavía le queda mucho de lo que hablar, ha sido tomada en vista a futuro para proteger a los ciudadanos en sus derechos digitales, los cuales, podrían verse comprometidos. Por ello, Gabriela Ramos, subdirectora general de Ciencias Sociales de la Unesco, afirma: “Si educamos a una nueva generación de consumidores digitales conscientes de sus derechos y con las habilidades de pensamiento crítico necesarias para navegar la esfera digital, estaremos empoderándoles para que exijan a las grandes tecnológicas a rendir cuentas y estaremos exigiendo que la IA sea desarrollada de forma humana y ética”.